Aprovechar el efecto Deion Sanders en la empresa

Cuando se trata del impacto que una persona puede tener en una organización, pocas historias son tan convincentes como la de Deion Sanders y su efecto en el programa de fútbol americano de los Colorado Buffaloes. El “efecto Deion Sanders” no es sólo una frase pegadiza: es un caso de estudio sobre cómo una marca personal fuerte puede impulsar a todo un equipo y sus operaciones.

¿Cómo se convirtió un hombre en el catalizador de un cambio tan radical?

En este artículo, vamos a analizar el significado del efecto Deion Sanders y su aplicación a las estrategias modernas de marketing de influencers.

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¿Quién es Deion Sanders?

Deion Sanders no es una cara nueva para los aficionados al fútbol americano.

También conocido como “Prime Time”, Sanders es un ex jugador profesional estadounidense de fútbol americano y béisbol ampliamente considerado como uno de los atletas más talentosos y versátiles de la historia del deporte. Conocido por su estilo, carisma y excepcionales habilidades defensivas, jugó en equipos como los Atlanta Falcons, los San Francisco 49ers y los Dallas Cowboys, convirtiéndose en uno de los mejores cornerbacks de la historia de este deporte.

Deion Sanders

Tras su retirada del deporte, Sanders se dedicó al comentario deportivo y al entrenamiento. Entrenó en una universidad más pequeña (Jackson State) antes de dar el salto a Colorado en 2022. Su primer año en esta gran división ha sido poco menos que revolucionario para un equipo que el año anterior tenía un balance de victorias y derrotas de 1-11.

El efecto multiplicador: El talento sigue al talento

El talento tiene una cualidad magnética: Cuando una superestrella aterriza en un programa, otras suelen seguirle. Deion Sanders no se incorporó solo a los Colorado Buffaloes, sino que trajo consigo un séquito de jugadores de alto rendimiento. ¿La joya de la corona entre ellos? Su propio hijo, que resulta ser un candidato al Trofeo Heisman y el quarterback estrella que ilumina el campo.

Pero la cosa no acaba ahí. La llegada de estas potencias no se limita a engrosar las estadísticas. Provoca una reacción en cadena, como una bola de nieve que rueda colina abajo, ganando masa y velocidad.

Es más probable que los jugadores de primera categoría consideren la posibilidad de unirse a un programa que ya cuenta con una cohorte de atletas cualificados. Es un ciclo que se autoperpetúa: La presencia de un talento extraordinario atrae a otro, que a su vez atrae a otro, y así sucesivamente. El resultado final es una lista enriquecida que no sólo rinde mejor en el campo, sino que también crea una atmósfera de excelencia que se convierte en parte del ADN del equipo. Y, seamos sinceros, ¿quién no querría jugar al lado de posibles futuras leyendas?

Entonces, ¿qué sentido tiene?

Un liderazgo atractivo siempre inspirará y atraerá a los mejores.

El mismo fenómeno que vimos con Sanders puede aplicarse a cualquier empresa, siempre que tengan la mentalidad adecuada, es decir, que muestren rasgos de personalidad afines y simpáticos mezclados con competencia en su oficio.

Muchos líderes pueden tener uno y no el otro, pero para predicar con el ejemplo hay que dominar ambos.

Sanders no sólo cambió la cara del equipo, sino toda su infraestructura. A su llegada, se atrevió a renovar la plantilla existente, poniendo el listón muy alto en cuanto a compromiso y rendimiento. Incluso retó a los jugadores a adaptarse a las nuevas y rigurosas normas o marcharse.

Este planteamiento de “hundirse o nadar” puede parecer brutal, pero rápidamente separó a los comprometidos de los tibios, lo que transformó el espíritu del equipo y lo llevó a nuevas cotas.

De la marca personal a la marca de la organización

La fusión de la marca personal de Sanders con la de los Colorado Buffaloes es un golpe de marketing, a diferencia de las estrategias tradicionales. En los modelos de marketing habituales, las empresas desembolsan grandes sumas de dinero a personas influyentes para que respalden temporalmente la marca. Sin embargo, el enfoque de Sanders ofrece una relación más rica y simbiótica, que no se limita a una mención o a un post patrocinado.

Este profundo nivel de integración hace algo más que aumentar las ventas de entradas y merchandising, aunque no deberíamos pasar por alto el extraño aumento del 700% en las ventas de merchandising que se produjo tras la incorporación de Sanders como entrenador jefe.

Infunde nueva vida y energía a un programa deportivo que ha estado navegando por aguas turbulentas durante casi una década. Al hacerlo, el carisma personal y la identidad de marca de Sanders se convierten en una fuerza revitalizadora para los Colorado Buffaloes, revitalizando no sólo la cuenta de resultados, sino también el espíritu y la cultura de la organización.

Para llevar: ¿Cuál es la lección para las empresas y los profesionales del marketing? El caso de Deion Sanders ejemplifica el modelo de “influenciador interno”, según el cual una persona con una poderosa marca personal se convierte en parte integrante de la organización y no en un promotor temporal.

Esta integración interna de la marca personal suele tener un impacto mucho mayor, elevando no sólo la visibilidad, sino también el rendimiento, el compromiso y la cultura.

Las leyes del poder en juego

Los salarios en el mundo del entrenamiento deportivo ejemplifican el concepto de “leyes de poder”, donde los mejores de los mejores cosechan las recompensas más significativas. Mientras que el salario medio de los entrenadores de fútbol de la División I de la NCAA es de unos 137.000 dólares, las cifras de entrenadores como Lincoln Riley y Nick Saban se disparan hasta los 10 y 11 millones de dólares anuales, respectivamente.

En el caso de Sanders, su salario de 5,5 millones de dólares no es sólo un sueldo, es una inversión en el valor transformador que aporta. Y para Colorado, ya está pagando ricos dividendos.

¿Cómo pueden las empresas aplicar estas lecciones a sus estrategias?

Pues bien, podrían considerar la posibilidad de integrar a una persona de gran impacto en lugar de limitarse a alquilar el foco de atención de una persona influyente durante un momento. Es la diferencia entre un pico temporal en las métricas y un ascenso sostenido a la grandeza.

Última palabra sobre el efecto Deion Sanders

Sanders no sólo provocó un cambio. Provocó una transformación que se extendió a todos los ámbitos, desde las plantillas de jugadores hasta las estrategias de marketing. Su caso ejemplifica el inconmensurable valor de integrar una marca personal dinámica en el corazón de una organización, desafiando la sabiduría convencional del marketing de influencia.

En un mundo en el que los líderes suelen destacar por su personalidad o por su competencia, pero rara vez por ambas, Sanders es un ejemplo de lo que se puede conseguir cuando se combinan ambas cualidades.

Así que, la próxima vez que alguien se cuestione el impacto que una sola persona puede tener en el mundo real sobre un grupo, un equipo o incluso una organización entera, piense en el efecto Deion Sanders. Es un testimonio viviente del poder transformador de la habilidad, la visión y la personalidad.

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